Nathan Never, La astronave del pasado

Nathan Never 153-155

(Febrero a Marzo 2004 Ed. Bonelli / Italia)

Guión: Alberto Ostini, Bepi Vigna y Pasquale Ruju
Dibujo: Patrizia Mandanici, Romeo Toffanetti y Stefano Casini
Editorial: Aleta / Dolmen (Junio 2009 / España) Nº Único - B/N - 288 págs.

Sinopsis:

En la primera historia de este tomo, tenemos a Nathan Never en medio de una investigación de asesinato adentrándose en el mundo espiritual de los aborígenes de Nueva Zelanda, en la Segunda historia, ciencia ficción con viajes temporales de por medio, a un pasado mas oscuro que el futuro del protagonista y la tercera historia es la continuación de las historias implicadas por el veloz Wolface y su hija.

Comentario:

Como siempre Nathan Never es una grata lectura tebeistica, en este mercado sobresaturado actual, en este tomo tenemos tres historias, la primera de ellas nos adentramos en la cultura espiritual de los guerreros de Nueva Zelanda, es una historia original, donde nos dejara una puertas abierta para una continuación donde se aclare quien estaba detrás de todo esto y quien sabe si de una continuación de romance de nuestro héroe con la aborigen... Pero es muy posible que este final que parece abierto sea tan cerrado como es en la realidad actual que quedan muchos crímenes sin ser resueltos.

La segunda historia es una forma interesante de mostrarnos como fueron los primeros días después de la tan nombrada gran catástrofe que dio forma al futuro de Never. Esta historia esta llena de ficción temporal y oscurantismo eclesiástico, es una buena historia que creo que podía a ver dado para mas...

Y la tercera, esta enmarcada en la continuidad de Never, respecto a Wolface un humano mutado para ser un arma de combate como su hija, la cual es el centro de la acción de este episodio, en el cual se cerrara una etapa de esta saga siempre interesante por estar por medio una posible guerra entre la Tierra y las Plataformas Espaciales.

En general es un comic muy bueno, bien escrito y bien dibujado, alejado a lo que estamos acostumbrados de los americanos y franceses, los italianos tienen sus propias formas y son muy respetables, ya que dan gran calidad a sus fumetti.

Puntuación: